Fabrica de panquecitos

- ¿Ya llegaste de repostero Maho?
- ¿Porqué?
- Porque fuiste a hacer panquecitos.

¡Bienvenidos sean todos ustedes a la fábrica de panquecitos! ¿Gusta probar el de almendras?

¡Es aquí, en este mágico lugar donde se fabrican tus sueños más deseados, tiernos y perversos! Es en apenas estos dos billones de celulas donde tus péptidos brincarán de alegría. Pero antes, toma esta botella de vodka, sirvete un trago que yo te llevaré cuidadosamente de la mano a través de los pasillos oníricos de tu historia colectiva.

En este cuarto es donde empieza todo, le llamamos el cuarto de engrasado. ¿Tienes algo dentro de tu puerca existencia que engrase? ¡No seas tímido! ¡Vamos, deja aquí tus perversiones! Tenemos un molde especialmente dedicado a idiotas como tu. Engrasalo, deja un poco de la harina que traes en tu naríz y verás que rico queda. Generalmente la gente no comprende porqué aquí es donde se le da el sabor principal a cualquier panqué, y es que es necesaria mucha porquería para que algo tan sutil quede delicioso. Pero bueno, salgamos, que esto esta a punto de calentarse...

¡Alcanzamos trecientos cincuenta grados de calor corporal! No es difícil vamos, ¿a poco no te has revolcado alguna vez? Seguro alcanzas más, pero este es el punto especial para un panqué bien hecho. Vamos, vamos, muevanse que el siguiente cuarto nos espera.

Este cuarto no me gusta porque aquí tenemos que cernir la harina con el royal y la sal. Royal siempre suena a algo imperialista y me retuerce los intestinos. También suena a un bule nayarita y eso no me retuerce los intestinos sino más abajo. Ni modo, cierne y cierne lo cernimos y nos cernimos. ¿Gustas que te cierna un poco?

¡Supercalifragilistico! ¡Chingonsisimo pues! Estoy orgulloso de presentarles el Tazón. Aquí es necesario derretirse un poco y ser dulces. Sexo y ternura. Arremeter y acariciar. Mantequilla con azucar. Batir con una pala de madera hasta integrarse uniformemente. Con uniforme de sadomasoquista es mejor claro.

¡Caminen, caminen que no llegamos a tiempo! Aquí algunos repararan un poco más, pero no importa. Es un cuarto colorido como arcoiris y donde es necesario dejar los huevos. ¡Uno por uno claro, si no no funciona! ¡Qué feliz me encuentro de mostrarles mi fabrica! ¡Ahora veo por su emoción que podría ser un éxito rotundo! Para la próxima vamos a invitar a putas y cantineros y hasta construiremos un salón de la fama para las prostitutas que hagan los panques más originales.

Cualquiera puede ser repostero, se los aseguro.

Este pasillo largo lleva al cuarto de la leche (No escatimamos en originalidad al nombrar nuestro cuartos). Adicionemos la harina y la leche. ¡Un chorrito de vainilla y listo!

Nueces, almendras, pasas. Da igual lo que les guste. Mientras no sean avellanas porque esos panques son muy personales. ¿Emocionado no?

Pero vamos, vamos, que no me pueden decir que no les gustó la fábrica, es chiquita pero admirable. Vamonos cocinando, que es gerundio y los panquecitos esperan.


(Viajes guiados viernes, sábado y domingo con los virreyes de Tepeyac o en fabrica.panquecitos@gmail.com)