Derecho al desarrollo de las capacidades

Hay 30 artículos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, promulgada el 10 de Diciembre de 1948 como un ideal que alcanzar por la devastada humanidad de entonces. Hoy, nuestra humanidad no esta menos desgastada que en aquellos ayeres, pues hay quienes siguen viviendo los tormentos de una guerra militar, y aunado a esto, hay nuevos frentes que no han asegurado una buena vida (en la medianía de la palabra buena y no excelente) para todos.

La declaración nos hace libres e iguales en dignidad y derechos y nos dota de razón y conciencia. ¿Qué significa realmente ser libres e iguales en dignidad y derechos? ¿Que derechos tenemos?

La declaración es clara :), y por si no se acuerdan les enuncio de corrido: Derecho a tener derechos, a tener vida, libertad, seguridad; a no ser esclavizados, torturados, tener tratos crueles, inhumanos, degradantes; a una personalidad jurídica, que tenga protección de la ley sin ser discriminados; a no ser detenidos, presos o desterrados arbitrariamente; a ser escuchada por la ley, presumiendo su inocencia; a no ser condenados por delitos que no lo eran en su tiempo; a que no se metan en tu vida privada, familia, domicilio, correspondencia, honra o reputación; a circular libremente, elegir residencia, salir de un pais, buscar asilo; a una nacionalidad -en una declaración universal-; a casarse, cojer, fundar una familia; a la propiedad; a la libertad de pensamiento, conciencia, religión; a la libertad de opinión y de expresión, libertad de reunión y asociación pacífica; a participar en el gobierno de nuestro país; a un trabajo digno, con libre elección, condiciones equitativas y salario justo, a formar sindicatos; al descanso, disfrute del tiempo libre; a un nivel de vida adecuado cualesquiera que sea su condición; a nacer y dar a luz en condiciones deseables; a ser parte de la vida cultural de su comunidad, a gozar de las artes, a participar en el progreso cientifico.

Probablemente si la mitad de estos derechos se cumplieran cabalmente muchos males sociales desaparecerían. Y en nuestra utopía viviriamos en un mundo más feliz.

Hay sin embargo tres artículos en particular que no enuncié para dar paso a un derecho que he venido reflexionando. Enunciaré los artículos con un par de preguntas a manera de reflexión:

Artículo 22. Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

¿Cómo podemos medir el libre desarrollo de nuestra personalidad? ¿Qué abarca la palabra "personalidad"? ¿Tener todos los mismos derechos económicos, sociales y culturales aseguraría una dignidad y un desarrollo equitativo?

Artículo 26
Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.

2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

¿Cómo es una educación digna que asegure el pleno desarrollo de la personalidad humana? ¿Cuales son los méritos respectivos que nos dan acceso a los estudios superiores? Y como es obvio que en la actualidad no se cumple: ¿Cómo asegurar este derecho?

Artículo 28
Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.

¿Orden social o económico? ¿Orden geográfico o histórico?

Como es bien sabido estos derechos estan lejos de ser cumplidos, incluso en una sola nación del mundo. Sin embargo, creo hay un derecho inalienable que no es explicito en la declaración y que es indispensable. Todo hombre tiene el derecho de desarrollar sus capacidades tanto como lo quiera o necesite, independientemente de su situación económica, social, geográfica o histórica.

Pero vayamos por partes con un ejemplo sencillo. Yo, como niño, si tengo la misma capacidad económica que mi vecino de enfrente, debo poder desarrollar sin problemas mis capacidades en la misma escuela primaria que él. Puedo ser pintor si yo lo quiero, o mecánico. Todo depende de mi, pues estoy facultado para desarrollar tanto como él mis capacidades. Sin embargo, en la actualidad si mi capacidad económica es diferente, probablemente yo no pueda ir a un lugar donde me enseñen 3 idiomas en mi infancia. Sucedió en mi infancia que tuve la oportunidad de tener contacto con una computadora a temprana edad, oportunidad que para nuestro país hubiera sido indispensable que la tuvieran no muchos, sino todos.

Geográficamente debo tener los mismos derechos. Probablemente, por más que mi capacidad económica sea mayor a la de una persona en Estados Unidos, no tendré oportunidad de desarrollar mis capacidades en el MIT o Princeton, -por ponerle nombre al desarrollo-. Por más que alguien en una región recóndita en Somalia tenga solvencia económica, nunca podrá desarrollar tanto sus capacidades como alguien en un país sin guerra civil. Y ejemplos en este sentido sobran, debido a que los países y las regiones dentro de ellos son bastante contrastantes.

Pero las capacidades no solo son individuales sino también colectivas. Un estadounidense o un francés deben tener el mismo derecho a desarrollar una familia integra, amorosa, unida y pintoresca como un Latinoamericano.

Combinar geografía y economía es todavía más devastador pero más real, y por tanto no necesito poner ejemplos.

Hace tiempo, Joaquín, me comentaba de una historia sobre un niño de alguna era prehistórica que si viviera en nuestro tiempo podría haber ido a la universidad, y ahí se ejemplifica el derecho histórico: ellos deberían haber tenido la oportunidad de haber desarrollado completamente sus capacidades.

El ser humano, hoy, no tiene la tecnología ni los conocimientos necesarios para desarrollarse completamente. Ni que decir de la estabilidad social, económica o geopolítica. Deberíamos, todos, tener la opción de poder llegar al límite de nuestras capacidades, si este existe o si nosotros lo queremos. Hubo alguna vez alguien que pensó que era absurdo que todos los hombres fueran iguales ante la ley, que las mujeres pudieran votar y/o razonar, o que todos nacieramos libres. Hoy necesitamos ejercer nuestro derecho para saber hasta donde podemos llegar y dejar de tener hombres frustrados y sueños cortados por un mundo podrído.

Estoy lejos de ser un buen ensayista y mucho más lejos de ser un hombre de derecho. Estaría completamente feliz si pudieran complementar el artículo para poder desarrollarme mejor, independientemente de la capacidad que en su vida pudieron desarrollar.