Hastío

Estos últimos meses he estado harto de algo que necesito o necesita cambiar. A veces la noto entre pequeñas cosas y creo que solucionando eso se soluciona el hastío pero sigue rimando con la palabra vacío. Me he divertido mucho, no lo niego, y he aprendido infinidad de cosas, que sin embargo no me dejan agusto en días como hoy.

Afuera, en Tepic, el clima es el mismo de antaño, las calles de viejos vendiendo verduras, las personas que conozco y a las que nunca he hablado, los niños jugando entre la basura orgánica de una iglesia soleada, los mismos camiones que solo han cambiado un par de cuadras la ruta, los taxis de 20 pesos y los mismos lugares donde comprar cigarros sueltos, no ha cambiado mucho, Tepic casi nada, pero yo si.

Sigo sintiendo la comodidad de caminar sin rumbo fijo, la comodidad de una supuesta congruencia y un espacio donde me siento seguro. ¿Cuándo me he dado cuenta de que esto no es todo yo?

Me divierto, ya lo dije, no lo vuelvo a negar, ahorita estoy a punto de salir a ver que me deparan las cervezas con amigos, pero me sigue faltando algo, que no se si sea envidia o deseo, pero empiezo a poderlo ver en otras personas. Y yo lo veía antes, creía que se llamaba ingenuidad, que tomaba la forma de inocencia o de idiotéz, figura de la que ahora no estoy muy seguro. Debo ver que me hace falta, y pronto, porque sinceramente no me es aparente.