Preguntando

Vamos, que no es malo preguntar ni me molesta que me pregunten, cosa que yo hago a diario también con otras personas, el conocimiento le pertenece al mundo, ¿no? Hay que ganarselo.

Creo que la recomendación básica es buscarle uno mismo hasta que de verdad no encuentre la solución, si esto último sucede hay maneras de preguntar las cosas. Este post es en especial para exponer mi personal punto de vista a una querida amiga que en estos últimos días a veces me desespera; realmente no quiero que esto siga pasando (que me desespere).

Que mejor para exponerlo que un ejemplo, imaginaos esta situación. Una mujer llega con el médico porque tu sobrino se desmaya:

Señora: Mi sobrino esta enfermo, doctor alivielo. ¡aaaah! ¡por favor!
Médico: ¿Que le pasa?
Señora: No se, se desmaya. ¡Aaaah! ¡Doctooor! ¡Alivielo!
Médico: ¿Pero cuándo o cómo?
Señora: En la casa. ¡Se desmaya, sabe!
Médico: ¿Qué casa?
Señora: Pues en la de su mamá.
Médico: ¿Pasa en otras casas?
Señora: mmm, no se. Creo que no, ¿qué es?
... etc...

Lo molesto empieza cuando ni siquiera lo pide por favor, grita como desesperada (aunque es comprensible si es realmente muy importante -no justificable, porque el médico le va a hacer caso-) y en todo caso piensa que el médico siempre esta ahí (lo sé, demasiado personal la analogía).

Además, no le da pistas concretas de que es lo que pasa, ni aunque el médico trate de indagar. Es exactamente lo mismo aquella secuencia de respuestas de la mujer que a la siguiente hablando del ámbito computacional:

"Mi página no funciona, ayudame, arreglala"
"Truena"
"En Internet Explorer"
"Solo en Internet Explorer"

Con analogías podemos vivir una vida, pero bueno, creo que alguien con mucha mas experiencia -Eric. S. Raymond- hizo el favor de escribir un valioso documento que ronda por ahí desde hace tiempo que a mas de uno le puede servir. Helo aquí, que se los dejó hasta traducido -por Jose M. Fernández-, para que no existan pretextos.